Una “Olla” con unas diez mil personas presentes fue testigo de la caída del invicto del Ciclón, sin pena ni gloria. Un Rubio Ñu que supo defender la ventaja adquirida tras el contragolpe en el que Pablo Velázquez marcó el gol, se llevó el premio mayor.

 

La tendencia de los equipos es ir ajustando sus rendimientos progresivamente hasta llegar al que más se acerque a los óptimos y deseados. En el de Cerro Porteño se ha manifestado un fenómeno inverso.Tras cuatro primeras fechas más que aceptables, las dos últimas han sido deficientes. Contra Sol salvó la situación con entereza, pero esta vez ante Rubio Ñu los de Troglio, el día que este extendió su contrato como DT hasta fin de año, no exhibieron las credenciales de líder imbatido.

La visita hizo algo parecido a lo que planteó una semana atrás para salir igualmente triunfante de otro hogar sagrado, como es Para Uno. Arriesgó poco, intentó dejar jugar poco y lo logró, pero en esta ocasión le costó más golpear arriba.

 

Solo lo logró en el segundo tiempo (en el primero tuvo una oportunidad en los pies de Leiva), cuando Torrén perdió una pelota en la salida de Cerro, se generó el contragolpe y Coronel lanzó un centro desde la izquierda que solo tenía a Velázquez como posible receptor. Lo fue y con gran estilo, adelantando a Mendoza y colocando un cabezazo que con exactitud fue tomando rumbo hacia un ángulo alejado del Gatito.

Cerro había malogrado bastante sobre todo a través de Sara, quien con el 0-0 aun en el marcador se quedó con el arco en blanco tras una formidable jugada de Cáceres y un tiro de este devuelto por un poste y pateó arriba, iniciando una áspera relación con los hinchas, que se acentuó con el correr de los minutos y los errores.
 

Troglio, desde donde quiera que haya estado (no ocupó la banca por suspensión), mandó a la cancha a Villagra y poco después a Ferreira, pero nunca el Ciclón pudo salir de su desorden y todo lo que hizo acabó buscando cabezas que nunca se anticiparon a las de los firmes zagueros ñuenses. La única cuota de claridad la proporcionaba Luis Cáceres, quien estuvo cerca de ayudar al menos al empate, pero nadie lo acompañó, ni el “Tigre” Ramírez, en cuyo rendimiento físico se nota que en las semanas entrena siempre menos que el resto. Mientras, en Trinidad, el barrio continúa de fiesta.

LAS CLAVES

El acierto oportuno de Rubio Ñu para anotar el gol y defenderlo de buena forma.

Lo poco que rindieron los atacantes de Cerro: Sara, Ramírez, Villagra y Ferreira.

La gran tarea de Luis Cáceres fue insuficiente para rescatar a Cerro de su bajón.