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Cumpleaños con Música. (02/10/2006)

Con una cena de gala, Cerro Porteño celebró la noche del sábado su 94º aniversario. Horas antes de la celebración -registrada en la sede del club, en barrio Obrero-, el equipo de fútbol había alcanzado una valiosa victoria por 3 -1 sobre Fernando de la Mora, en el estadio Defensores del Chaco, con la que Cerro logro consolidar su liderazgo en el campeonato Clausura.

Se cumplió 94 años; por lo tanto, es fecha propicia para recordar una de las piezas musicales dedicadas al Cerro Porteño.

Apoco de salir de la ciudad de Paraguari rumbo al sur, una leve colina en lontananza hacia los antiguos parajes del Yariguaá, se encuentra el cerro Mbae, a cuyos pies se desarrolló la batalla del 9 de enero de 1811, entre las fuerzas paraguayas y el ejército "libertador" del general porteño Manuel Belgrano.

En ese lugar, dicho ejército fue derrotado por los paraguayos y, desde entonces, poco a poco, su antiguo nombre fue paulatinamente olvidado y trocado por otro que le dio el pueblo: Cerro Porteño. Poco más de un siglo después, el 1 de octubre de 1912, cuando un grupo de entusiastas jóvenes resolvieron fundar un club de fútbol, bautizaron con ese recordado nombre, la nueva entidad deportiva.

Ayer se cumplió 94 años de aquella histórica jornada; buena ocasión para traer al recuerdo una olvidada canción dedicada al club azulgrana, gracias a la memoria de uno de sus adherentes, don Aníbal Fadlala.

Al respecto, el señor Fadlala recuerda que décadas atrás, era muy común en nuestro país que los clubes deportivos de fútbol tuvieran sus propias piezas musicales, como testimonio del cariño que sus autores profesaban a tal o cual color.

En ese sentido, no fueron pocos los extranjeros que abrazaron las "causas paraguayas" contribuyendo con su creatividad en la caracterización de determinadas entidades sociales y deportivas, como el caso del músico argentino Carlos Alberto Bolia.

El maestro Bolia dedicó el fruto de su estro, al Cerro Porteño, para el cual compuso una marcha, precisamente llamada "Himno al Cerro Porteño".

Un redescubrimiento

Don Aníbal relata que de joven solía acudir al antiguamente célebre Bar Vila, "para escuchar a la orquesta estable del lugar. Yo sentía mucha inclinación por el arte musical y como desde mi infancia fui simpatizante del Club Cerro Porteño, me agradaba oír la interpretación del aludido himno, ya que sensibilizaba mis más íntimas fibras azulgranas.

"De aquella época a hoy día, ha pasado toda una vida y recientemente retornó a mi memoria el recuerdo de la obra, despertando mi curiosidad en cuanto al destino de como Cáritas y Nacional, consideradas las radios con las discotecas más antiguas y, sin embargo, no pudieron satisfacer mis anhelos.

Recurrí entonces a mis contemporáneos, amigos músicos; la respuesta fue unánime y contundente: nunca escucharon dicho himno. "Ante esta circunstancia, consideré que la obra estaba definitivamente perdida. Solo me consolaba entonando su melodía que había retenido en mi memoria de adolescente, y también parte de su letra, pues no la recordaba en su totalidad".

Un casual encuentro con Alberto Candia, periodista dedicado a la investigación de la historia de entidades deportivas, sirvió para indicarle que todas las letras de las obras musicales dedicadas al Ciclón de barrio Obrero se encontraban en el libro Cerro Porteño en su Cincuentenario, escrito por los fundadores del club, editado y producido por los talleres El País, entonces propiedad del coronel Pablo Rojas, presidente del Club.

"Alberto Candia me facilitó el libro y, efectivamente, allí figuraba la letra que tanto había buscado. Inmediatamente me fui a ver a mi gran amigo, el maestro José Luis Miranda quien, con mi ‘canturreo’, reconstruyó la música, armonizándola para orquesta, solista y coro. Debo agregar al respecto que la misma se halla actualmente en proceso de grabación en el estudio de mi hijo Oscar Fadlala, en espera que, en breve, la obra emerja a la luz pública, luego de más de medio siglo de olvido, y retome con nuevos bríos su propio vuelo en el cielo nacional, pintando de azul y rojo los corazones populares de la República, con su alegre y atronador soplo ciclónico”.

El bar de don Manuel

Muchas son las referencias sobre el antaño célebre Bar Vila, mencionado en no pocas memorias y crónicas periodísticas como uno de los hitos de la bohemia asunceña, ubicada en un céntrico local de Palma y Montevideo. "En realidad - dice don Aníbal-, era una confitería del estilo porteño, a pesar de que don Manuel era español, radicado en Asunción.

Isaac Kostianovsky, en su libro Comentarios ligeros y desprolijos, se refiere a la época en que allí actuaba la orquesta estable dirigida por el músico argentino Carlos Alberto Bolia. Allí se reunían, cuenta, "políticos, banqueros, dirigentes de fútbol y artistas. Hasta (Vila) levantó un palco cerca del acceso al Salón para Familias, que inauguró la buena orquesta del inolvidable maestro Bolia...".

El músico Bolia

"Poco o nada sé de la vida de Carlos Alberto Bolia en el Paraguay -dice don Aníbal-; sin embargo, durante una mis visitas a Buenos Aires, he podido hablar por teléfono con su hija, la profesora de piano Elsa Bolia, quien vive en la ciudad de Castelar, Provincia de Buenos Aires. No he tenido la oportunidad de volver para entrevistarme con ella, pues de seguro tiene partituras de composiciones desconocidas por mí y hubiera aportado valiosos y concretos datos para diseñar una biografía del maestro.

"Carlos Alberto Bolia actuó por mucho tiempo en el Bar Vila con su orquesta, deleitando a propios y extraños con un repertorio calificado e inigualable por su calidad musical e interpretativa. Por ello, nunca pude olvidar las muy buenas presentaciones de esta orquesta, con música de la época, entre cuyas obras se hallaba el ‘Himno al Cerro Porteño’. “Es escasa la información que tenemos sobre su formación.

"Durante su estadía en el Paraguay, el maestro Bolia demostró cualidades y excelencias, mientras lo escuchábamos en Asunción, donde se radicó en la década del 30 y formó una orquesta que actuó por varios años por todos los rincones, teniendo su ‘base’ en el bar de don Manuel Vila. Entre sus antecedentes como músico figura el haber sido bandoneonista oficial de Francisco Canaro ".

Carlos Alberto Bolia fue hijo de un importante músico llamado David Guillermo Bolia (1867-1944). Don Aníbal Fadlala cuenta que tuvo tres hermanos, y que sus cuatro hijos eran todos músicos como él: David José y Amanda, violinistas; Elsa, pianista; y Carlos Alberto, cellista y compositor de muchas obras, la mayoría inéditas, entre ellas, el Himno al Cerro Porteño.

HIMNO AL CERRO PORTEÑO
(marcha)
Letra y música: Carlos Alberto Bolia

¡Cerro Porteño!
se escucha gritar.
Tu gran hinchada
te vuelve a aclamar.
Es la victoria
y la página de gloria
que escribís para la historia
del deporte nacional.

¡Azul y grana!
tus colores son
que defendieron
por tradición,
y en los partidos
que en cien veces has vencido
si te tocó haber perdido
siempre ha sido con honor.

Del barrio Obrero, cuadro valiente
sos el orgullo de la afición.
El pueblo entero, constantemente,
te ha proclamado cuadro campeón.
Y tus muchachos, once titanes,
hacen derroche de corazón,
pues en las canchas y sin desmanes,
arrasan siempre como el ciclón.


Himno al Cerro Porteño; fue estrenado el 7 de enero de 1937 en el Bar Vila y trasmitido por ZP13 "La Voz del Aire".

Imágenes de la Cena Aniversario.

Carlos Báez (i) y José Domingo Salcedo, los futbolistas profesionales premiados por la dirigencia cerrista, posando al lado de la torta preparada para el festejo.

El presidente de Cerro Porteño, Luis Alberto Pettengill Vacca, dirigiéndose a la concurrencia, durante la jornada de celebración de los 94 años del Ciclón.

Una reunión entre caracterizados cerristas, entre los que aparecen Juan José Zapag, el ingeniero Luis Pettengill, Enrique Fausto Bachetta y el doctor Julio César ‘‘Yoyito’’ Franco.


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