Antes del comienzo de la pretemporada, Francisco Arce pidió una serie de reformas en La Nueva Olla.

El técnico solicitó la construcción de una cancha al costado de la Ollita y de una capilla en la zona de concentración.

Además de todo eso, hubo mejoras en el quincho con un nuevo sitio de descanso y la colocación de un césped sintético.

Francisco Arce es creyente. Cuando asiste a las conferencias pos partido, es clásico ver al entrenador con las miniaturas de Divino Niño Jesús y la Virgen de Caacupé.

Hombre de fe y fiel a la religión, antes del comienzo de la pretemporada, el técnico había solicitado a la directiva de Cerro Porteño una serie de mejoras en La Nueva Olla, que incluyó la construcción de un santuario en el trayecto de acceso a la zona de concentración y del vestuario local.

El oratorio, ubicado a un costado del estacionamiento del estadio, también tiene al Divino Niño Jesús y la Virgen de Caacupé, pero en figuras más grandes. Orgulloso de la obra, el entrenador publicó un par de fotografías de la capilla.

Además, el técnico mostró las refacciones en un quincho donde los futbolistas comparten y descansan a la espera de los partidos. Anteriormente, el pequeño espacio cubierto de arena ahora cuenta con césped sintético.

Frente al santuario y al costado de otro quincho, con parilla, televisores, sofás y una mesa de billar, también fue colocado el pasto artificial con el diseño de una cancha de piki vóley.

El entrenador, que realizó la pretemporada en Barrio Obrero, pidió esas obras para que los jugadores tengan la mejor comodidad. Además, pidió una pequeña cancha al costado de la Ollita, reutilizando un sitio con el fin de preservar el empastado del estadio cuando el equipo deba realizar prácticas de fútbol.

Por ccp1912

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