Origen de la Polca Cerro Porteño.
El estreno de la música que identifica al «Ciclón de barrio Obrero» se realizó el 2 de febrero de 1937. Fue uno de los actos que llenaron las butacas del Teatro Municipal Ignacio A. Pane a finales de la década del 20.
Aquella noche se presentaba el gran maestro Herminio Giménez, quien había nacido en Pirayu`i, compañía de Caballero Pueblo, el 20 de febrero de 1905.
La canción la hizo en Asunción, en setiembre de 1936 en la residencia de doña Benicia Giménez, una tía suya, según datos consignados por el historiador Fabián Chamorro.
La obra fue ejecutada por unos 80 músicos junto con su ya famosa agrupación musical, y la presentación de un conjunto caballeréense denominado Conjunto Queso Chia y 25 voces que conformaban el coro. A partir de allí, la popular polka se convirtió en el himno oficial del club.
Dicen que el gran Herminio había convocado a todos los cerristas, a quienes había prometido una sorpresa.
Promediando la presentación de su grupo, el gran músico creador tomó su bandoneón y anunció con su voz nasal el estreno de la polca.
Cuentan los memoriosos que, desde el primer compás de la música, tan alegre y vivaz, gritos y aplausos estruendosos llenaron la sala del teatro.
Los versos, también de Giménez, ganaron el alma de todos los presentes con su inicial «Arriba la muchachada y la hinchada del gran ciclón».
Se repitió cuatro veces más la canción. La euforia de los cerristas se unía a las voces de los artistas en su estribillo: «Cerro, cerro, cerro, siempre cerro triunfará».
La famosa y vibrante polca fue grabada por su autor (por primera vez) en el año 1956 en Buenos Aires.
Cantaba los versos otro fanático hincha azulgrana. Un joven cantante de 17 años: Alberto de Luque, acompañado de una gran orquesta y parte del coro del Teatro Colón.