El club fundado el 1 de octubre de 1912 y que está muy arraigado en el corazón del pueblo paraguayo llega a otro aniversario como líder del torneo Clausura.
Somos distintas personas, con distintas historias, pero todos nacimos con algo en común; AMOR, PASIÓN y SENTIMIENTO por nuestro amado CLUB CERRO PORTEÑO, algo que es para siempre.
Cerro Porteño vio la luz el 1 de octubre de 1912 en la capilla San Juan, un baldío que estaba ubicado en la intersección de las calles España y Perú. Allí, la señora Susana Núñez y familia decidió fundar un club de fútbol al que le puso los colores rojo y azul para unir a los colorados y a los liberales que en ese entonces siempre estaban en problemas.
Se decidió que el pantaloncito de Cerro sea blanco para juntar los colores de la bandera paraguaya.
Desde el primer campeonato Cerro Porteño fue un gran animador de la competencia y ya en el año 1913 en su primer torneo se consagró campeón de manera invicta. Desde un principio, Cerro Porteño se metió en el corazón de su pueblo. Logrando grandes victorias y campeonatos en los años siguientes, Cerro fue ganando adeptos hasta llegar a ser el club más popular del fútbol paraguayo.
Es conocido como “El Ciclón de Barrio Obrero”, mote que surgió tras dos grandes hazañas del equipo azulgrana en sus primeros años de vida. La primera, en 1915, en la final ante su tradicional rival, Olimpia. Cerro logró empatar el partido en sus tramos finales, 4 a 4, en gran remontada, y en tiempo adicional anotó tres goles más para ganar el partido 7 a 4 y lograr su segundo título.
La segunda surgió en 1918, al finalizar el campeonato igualado en puntos con Nacional. El primer juego culminó 2 a 2 y la revancha 1 a 1. En la finalísima Cerro perdía 2 a 0, y a falta de cinco minutos, dio vuelta el marcador para triunfar 3 a 2 y coronarse nuevamente campeón por tercera vez en su historia.
Cerro Porteño tuvo varias épocas de esplendor y buen fútbol, pero sin lugar a duda una de las mejores fue en la década del 70 cuando consiguió un tricampeonato en el fútbol local y llegó a jugar la semifinal de la Copa Libertadores de América con jugadores surgidos de su gran cantera como Saturnino Arrúa (hasta hoy el máximo ídolo del Ciclón), Carlos Jara Saguier, Valentín Mendoza, Severiano Irala, entre otros.
Uno de los grandes recuerdos de ese equipo fue el partido que terminó ganando al Botafogo de Brasil con tres goles en tres minutos para dar vuelta el resultado y ganar 3 a 2 confirmando el mote de Ciclón.
Otra de las campañas inolvidables de Cerro Porteño fue en 1987. El equipo llegaba con diez años sin títulos y Valdir Espinosa se hizo cargo del plantel para ganar las tres ruedas y ser campeón sin la necesidad de jugar la liguilla.
Ese equipo jugaba de memoria con Raúl Navarro; Alcides Barreto, César Zabala, Catalino Rivarola y Justo Jacquet; Pedro Garay, José Domingo Riveros y Pedro Osvaldo García; Tarciso, Félix Brítez Román y Robson.
También alternaban Gustavo Sotelo, Blas Cristaldo, Estanislao Struway, Roberto Armoa, Francisco López, Carlos Kiese, entre otros.
En la década del 90 Cerro ganó más títulos y llegó tres veces a las semifinales de la Copa Libertadores, su gran ilusión. A principios de 2000 fue el gran dominador de los campeonatos locales junto a Libertad, fue campeón en el 2001, 2004, 2005 y desde que los torneos cortos ya suman una estrella se hizo con el Apertura 2009, Apertura 2012, Clausura 2013 (invicto), Apertura 2015 y Clausura 2017.
Esta vez en los ciento diez años, quisimos homenajear a una buena cantidad de jugadores y técnicos que pasaron y dejaron su sello en el equipo azulgrana, donde sobresalen los nombres de Saturnino Arrúa, Roberto Fernández, Francisco Arce, Virgilio Ferreira, Julio dos Santos y tantos grandes ídolos que vistieron la camiseta del Ciclón de Barrio Obrero, el “Club del Pueblo”.