El desenlace del encuentro fue, en cierta medida, esperado; no tanto por la superioridad futbolística del adversario, sino por la complejidad ineludible que ofrece La Paz como sede.
El principal obstáculo, y ante el cual hay poco que hacer, son los 3650 metros sobre el nivel del mar. El desafío físico fue claro: la falta de oxígeno impidió que el equipo azulgrana pudiera realizar contragolpes efectivos. A pesar de algunos intentos de ataques rápidos, el cansancio hizo que no pudieran concretar. El arquero Alexis Martín Arias fue fundamental, deteniendo varios intentos, entre ellos uno muy importante de Dorny Romero, lo que mantuvo el marcador en cero durante bastante tiempo. Sin embargo, a pesar del dominio territorial del equipo boliviano, no pudieron marcar hasta los últimos minutos de la primera mitad.
El gol llegó tras una jugada colectiva en la que Jhon Velásquez asistió a Dorny Romero, quien, aprovechando la desatención defensiva de Guillermo Benítez, logró el gol al definir con precisión mientras caía, superando la resistencia de Arias.
A pesar de ejercer un monopolio casi absoluto en la posesión del esférico, el elenco boliviano no lograba plasmar su superioridad en el marcador. Recién en los minutos finales de la primera mitad cuando consiguió inaugurar el tanteador, con el tanto hilvanado con paciencia, que nació de una proyección por la derecha de Jhon Velásquez, quien recibió el balón completamente solo y destapado en esa banda, la pasividad de Guillermo Benítez le otorgó el tiempo necesario para medir un centro preciso que encontró la posición de Dorny Romero. Este, en medio de Gustavo Velázquez y Matías Pérez, logró ganar el espacio crucial para luego definir de primera, cayéndose, al costado derecho de Alexis Martín Arias.
Cuando el reloj marcaba el segundo minuto de adición de la primera mitad, el dueño de casa logró ampliar la diferencia. Era una diferencia que quedaba corta por lo que estaba ofreciendo el encuentro y Cerro Porteño renunciando completamente a la posibilidad de atacar.
Apenas iniciada la segunda mitad, Bolívar no tardó en convertir la diferencia en una auténtica goleada, gracias a un destello individual de su mejor jugador, Patricio “Patito” Rodríguez, este recibió el balón en tres cuartos de terreno, giró con maestría y, con un cambio de ritmo fulminante, quebró la línea medular azulgrana haciendo inútil el intento de cobertura de Jorge Morel. Acto seguido, sacó un derechazo lejano que, con la complicidad del pique antes de llegar a la portería y el efecto de la altura de La Paz, terminó resultando imparable al costado derecho del portero Alexis Martín Arias, quien mientras se arrojaba veía como su valla caía por tercera vez.
En la recta final del encuentro, de un lateral ofensivo para Cerro Porteño nació en el cuarto tanto local. El saque manual de Guillermo Benítez, que no encontró destinatario, cayó a los pies de Miguel Torren, este lanzó un pelotazo que parecía fácil para la cobertura de Bruno Valdez, pero un inexplicable movimiento del zaguero, quien atacó la pelota y terminó pasando de largo en su intento, dejó a Fábio Gomes cara a cara con Alexis Martín Arias, el delantero no perdonó y sometió al guardameta argentino con una sutil definición por encima del guardameta.
Ya en los últimos instantes, el elenco azulgrana tuvo la posibilidad de alcanzar el gol del honor mediante Francisco da Costa, pero la definición del cuestionado atacante encontró la posición de Carlos Lampe en su primera y única intervención de la noche.
A pesar de la estrepitosa caída, el Ciclón logró asegurar su clasificación entre los 16 mejores del máximo torneo continental, con siete puntos acumulados, la producción más entre los que avanzaron de fase. Este paso fue posible gracias a la contundente victoria de Palmeiras, que aplastó 6 a 0 a Sporting Cristal de Perú, el otro equipo que aspiraba a avanzar a los octavos de final.