«Sobre el final, decidimos subir a Jorge, que estaba mucho más fresco, para aprovechar sus saltos de presión junto a Fariña y Wilder y evitar jugar tan bajo.
Cuando Gordacar y Facundo Castro pasaron a ser casi un doble nueve, optamos por una línea de cinco en defensa para que Jorge pudiera crecer en el partido.
Con el desgaste y la ventana quemada con Iturbe, decidí incluir un central específico como Bruno.
Sabíamos que por momentos íbamos a estar más bajos, pero apostamos a que Francisco nos diera descanso y que Wilder y Fari, desde las bandas, pudieran jugar entre líneas, formando un cuadrado con la doble contención.
La idea era darles tiempo a los laterales para buscar profundidad, aunque no se logró tanto como esperábamos. Al analizar el partido, es importante considerar los contextos.
En la final que nos tocó jugar, me gustó mucho el primer tiempo y el coraje del grupo en el segundo. Sin embargo, me gustaría que podamos defender aún mejor en el futuro.»